miércoles, 19 de noviembre de 2014

Y si tuviésemos columpios en las marquesinas de los autobuses?




Mirando estos días blogs de arquitectura he descubierto sitios que me encantaría tener en mi ciudad, sitios altamente disfrutables.

Uno de los que más me sorprendió es el de la foto, las marquesinas de los autobuses de Montreal. Al verlos he recordado una anécdota de mi abuela, o "la abueli" como nosotras la llamábamos, que a sus 75 años fue con su hermana también de setenta y tantos a llevar al nieto de ésta a un parque. Mi abuela al ver al niño montado en los columpios tan feliz, le confesó a su hermana que ella nunca se había montado en un columpio, cuando ella era pequeña no había tenido ocasión. Entonces, como no había nadie en el parque decidió probar y se subieron las dos a los columpios. Al verse allí subidas, y como si de  una travesura se tratara, les entró tanta risa que no podía parar de reir. Cuando mi abuela nos lo contó a la vuelta nos pareció una historia genial.

... y eso, que me encantaría que hubiese columpios en las paradas del tranvía.


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